lunes, 19 de enero de 2015

Recordando a Guillermo Cabrera Infante



Guillermo Cabrera Infante nació en Gibara, Cuba, el 22 de abril de 1929 y en 1941 se trasladó a La Habana con sus padres, donde comenzó a escribir con 18 años de edad. Abandonó la carrera de Medicina para trabajar como redactor de la revista Bohemia. En 1949 creó el semanario Nueva Generación y en 1950 ingresó en la Escuela de Periodismo de la Universidad de La Habana.

Junto a Néstor Almendros y Tomás Gutiérrez Alea fundó en 1951 la Cinemateca de Cuba, la cual presidió hasta 1956. En 1952, tras la aparición en Bohemia de un relato suyo que contenía “palabrotas” ofensivas para el gobierno de Fulgencio Batista, fue multado, encarcelado y obligado a firmar sus trabajos con otra identidad, para lo cual se creó el seudónimo de G. Caín, una contracción de sus apellidos.

Tras el triunfo de la Revolución Cubana el 1 de enero de 1959 dirigió el Consejo Nacional de Cultura y fundó el suplemento literario Lunes del periódico Revolución, donde había sido editor hasta entonces. Al lado de Carlos Franqui dirigió este suplemento literario, uno de los más importantes e influyentes de Latinoamérica, hasta 1961. En 1962 fue nombrado agregado cultural de Cuba en Bruselas, cargo que desempeñó hasta 1965 cuando, tras una breve estancia en su país natal, renunció a sus funciones diplomáticas y regresó a Europa como exiliado.

Rotos sus vínculos con el gobierno cubano, en 1966 se instaló en Londres, donde se nacionalizó como británico y residió hasta su muerte. Además de su actividad como escritor, fue profesor y conferenciante de varias universidades norteamericanas, como Yale, Virginia, West Virginia, y Oklahoma. Entre los galardones al conjunto de su obra se encuentran la Medalla Sancho IV, de la Universidad Complutense de Madrid en 1992, el Premio del Instituto Italo-Latinoamericano de Roma en 1995, y el Premio Cervantes en 1997. En el 2000 fue declarado Doctor Honoris Causa por la Universidad Internacional de Florida.

Guillermo Cabrera Infante evidenció su afición por el cine desde sus primeros escritos críticos, publicados en la revista Carteles en 1954 y reunidos luego en el volumen Un oficio del siglo XX (1973), donde compone una suerte de biografía imaginaria del crítico G. Caín, alter ego del propio autor. Asimismo pueden citarse otras compilaciones de artículos o ensayos sobre cine, como Arcadia todas las noches (1978), donde aparecen algunas conferencias que impartiera en La Habana sobre realizadores como Orson Welles, Alfred Hitchcock, John Huston y Vicent Minnelli. O como Cine o sardina (1997), con la cual alcanza cuatro ediciones a sólo cuatro meses de ser publicado.

Aparte del cine y de la música popular, la historia de Cuba es otro de los temas frecuentes en la obra ensayística y crítica de Cabrera Infante. En ese sentido, los textos reunidos en Mea Cuba (1992), constituyen una exaltación del exilio y un ejercicio de la memoria, pues en ellos reinventa a su país natal desde la distancia y desde sus propias ideas políticas.

En Holy Smoke (1985) -luego traducido al español bajo el título de Puro humo (2000)- desarrolla el relato autobiográfico de un fumador adicto y ofrece un catálogo de películas, actores y canciones donde el humo y el cigarro tienen una presencia protagónica.

En esta zona de la obra de Cabrera Infante sobresalen también algunas obras de carácter experimental, como O (1975) y Exorcismos de esti(l)o (1976), compuestos a partir de fragmentos o misceláneas narrativas imposibles de clasificar según límites estrechos de lo narrativo o lo ensayístico. En sentido general las obras de Cabrera Infante contaminan géneros en prosa como la crónica, la crítica, el ensayo, la autobiografía, la viñeta, el relato, el cuento o la novela.

El primer volumen narrativo de Guillermo Cabrera Infante se titula Así en la paz como en la guerra (1960), y reúne varias viñetas de la lucha contra Batista así como relatos que recrean la vida de La Habana prerrevolucionaria. Sin embargo, el reconocimiento internacional como narrador lo conquistaría a partir de 1964 con su primera novela, con la que obtendría el Premio Biblioteca Breve, de Seix Barral.

Publicada después con el título de Tres tristes tigres (1967), esta obra recrea las experiencias de un grupo de jóvenes heterogéneos en el ambiente nocturno de los bares habaneros de 1958. Al margen de la ciudad como escenario fundamental, en su primera novela sobresalen también otras preocupaciones que luego se repetirán en la obra narrativa de Cabrera Infante.

Es el caso de las estructuras narrativas sofisticadas, conformadas a partir de voces y discursos del más diverso origen; el carácter autorreflexivo de la obra literaria y la parodia de sus propios procedimientos; así como los numerosísimos juegos verbales que se alimentan también de su interés por diversas cuestiones lingüísticas.

Así, en sus obras es frecuente el uso de anagramas, palíndromos, paradojas, hipérboles, errores tipográficos, pastiches y todo tipo de malabares verbales; así como también se repite el interés por reproducir el habla viva de las más disímiles normas lingüísticas que confluyen en La Habana de sus recuerdos, como la jerga del jazz, el habla popular o el habla de la pequeña burguesía.

En La Habana para un infante difunto (1979) -considerada por muchos como novela erótica-, Cabrera Infante insiste también en un relato de contenido autobiográfico donde la capital, la historia y el habla de su país natal se hacen centros temáticos, y donde se afianza un estilo narrativo conformado a partir de la parodia, la burla, las marcas de la oralidad, las travesuras verbales y la intertextualidad.

A modo de continuación de sus obsesiones Cabrera Infante escribe varios libros de cuentos y relatos, y una novela titulada Ella cantaba boleros (1996), donde recupera y enriquece algunas de las historias de Tres tristes tigres.

Guillermo Cabrera Infante fue uno de los primeros guionistas latinoamericanos en insertarse exitosamente en Hollywood, a donde viajó en 1970 para el rodaje de Vanishing Point, road movie que obtuvo gran éxito de taquilla. Con anterioridad, y con menos éxito, ya había escrito el libreto del film Wonderwall (1967), enriquecido luego por la música de George Harrison.

Participó en otros proyectos cinematográficos, como la adaptación para Joseph Losey de una novela de Malcolm Lowry titulada Under the Volcano (el guión homónimo, terminado en 1972, nunca se llegó a filmar) y la escritura del libreto que dio origen a La ciudad perdida (2005), dirigida por Andy García y ambientada en Cuba.

El 21 de febrero de 2015 se cumplen diez años del fallecimiento en Londres de Guillermo Cabrera Infante.

Biografía tomada de EnCaribe, enciclopedia de historia y cultura del Caribe.



1 comentario:

  1. Mi enhorabuena, Sr. Iván García. Usted hace honor al prestigio del nombre de su madre Tania con este artículo con el que relaciona los innumerables méritos literarios de nuestro afamado compatriota Guillermo Cabrera Infante y su leal y valiente esposa Miriam Gómez.

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